El Ayuntamiento de Leioa y la participación ciudadana. Una manera de entenderla

Esta historia va de perspectivas. La historia del Ayuntamiento de Leioa y la participación ciudadana en el asunto de la reforma puntual del PGOU que afecta al monte Kurkudi. Cinco capítulos y dos personajes principales: el Ayuntamiento de Leioa –el héroe– y la participación ciudadana –la antagonista– (mejor dicho, los cauces por los que se articula esta participación).

Capítulo uno. El Ayuntamiento impulsa una reforma puntual del PGOU de Leioa que afecta a la ladera del monte Kurkudi. Se persigue modificar la calificación del suelo ocupado por el antiguo convento de las Dominicas con el objetivo de permitir a una promotora privada la construcción de un equipamiento deportivo de pago. Perdón, quería decir de pago de precios populares, tal como recogió la noticia parte de la prensa cualificada cuando se supo del asunto.

Dos. Diversas asociaciones, partidos políticos y personas particulares presentan alegaciones a este proyecto y las registran en tiempo y forma en el SAC del Ayuntamiento de Leioa, en cumplimiento de sus derechos y respetando, como no puede ser de otra manera, los plazos establecidos por la ley. En este enlace puedes leer las alegaciones presentadas  Documentos para consultar.

Tres. El largo impasse.
En enero se pide al Ayuntamiento de Leioa que ceda espacio en la revista municipal Leioa para difundir el contenido de las alegaciones presentadas. Su primera y pronta respuesta es que no. Ni hablar. A continuación, se le hace comprender que detrás de esa publicación hay un reglamento que ampara la solicitud de SOS Kurkudi. Entonces, solo entonces, en lugar de publicar las alegaciones, despacha el asunto con una noticia mínima que ofrece información irrelevante y muy superficial acerca de las objeciones que se han planteado al proyecto de reforma. Y ya estamos en marzo.
En este mes, SOS Kurkudi denuncia que el órgano consultor denominado Consejo Asesor de Planeamiento Urbano, en el cual se trató la modificación puntual del PGOU, debería haber sido renovado con anterioridad al proceso de discusión de esa reforma. Dicho de otra forma: el órgano consultor mediante el cual se articula la participación ciudadana en este tema incumple la normativa municipal (esto es, propia del Ayuntamiento) referente, precisamente, a la participación ciudadana. Prometedor inicio (como se verá hacia el final de esta historia). El mutismo inicial finaliza con una convocatoria para renovar el mencionado consejo. Noiz eta abuztuan. ¿En agosto? ¿La renovación se convocó en agosto? ¿En Leioa la gente no se va de vacaciones en agosto? Acaso, sí. Pero en el Ayuntamiento de Leioa, no.
Y en octubre, ante la falta de respuesta a las alegaciones presentadas en diciembre del año anterior, SOS Kurkudi solicita el amparo del Ararterko.

Cuatro. El Ayuntamiento de Leioa se voltea en la cama, entreabre un ojo. Parece que ha amanecido.
Es octubre de 2020 y toca corregir el asuntillo aquel de octubre de 2019, cuando convocó al Consejo Asesor de Planeamiento Urbano para tratar la reforma puntual y bla, bla, bla. Así que produce un Decreto de Alcaldía mediante el cual se decide la renovación del Consejo Asesor de Planeamiento Urbano al fijar qué asociaciones van a integrarlo. Se trata de un documento que, más allá de menciones crípticas para el común de los mortales (por ejemplo, la mayoría de los vecinos y vecinas de Leioa) a ciertos marcos legales, ofrece información escueta, poca, mínima, inapreciable acerca del proceso de decisión. Por ejemplo, no menciona qué asociaciones u organizaciones han solicitado formar parte del consejo. Por ejemplo, y en consecuencia lógica, tampoco detalla la puntuación que han conseguido estos solicitantes elípticos. Simplemente, comunica quiénes han sido designados. Y punto pelota.
Además, sobre la mesa de la cocina le espera un pequeño tirón de orejas del Ararteko en forma de comunicación oficial. En resumen, el Ararteko solicita al Ayuntamiento que en un plazo de 20 días lleve a cabo una serie de actuaciones, entre las cuales menciona expresamente que responda a las alegaciones y bla, bla, bla.
El Ayuntamiento devuelve la carta a su sobre, dice unas palabras mágicas y, a continuación, extrae las respuestas a las alegaciones. A todas las alegaciones. No en el segundo siguiente, por supuesto. Esto sería ciencia ficción. Pero sí al cabo de unos pocos días. A todas las alegaciones. En unos pocos días (la carta del Ararteko está fechada el 22 de octubre; la respuesta a las alegaciones del Ayuntamiento son del 10 de noviembre), voilá, toma las respuestas que llevaba meses y meses sin dar:

Y cinco. Primera reunión del Consejo Asesor de Planeamiento Urbano el 16 de noviembre, lunes.
En un ejercicio de transparencia y facilitación de la participación ciudadana, el Ayuntamiento de Leioa invita a una de las asociaciones de vecinos que impulsaron SOS Kurkudi a participar puesto que en esa reunión se va a tratar un asunto (quinto punto del orden del día: Informar sobre la propuesta de Alcaldía de aprobación provisional de la Modificación del PGOU relativa al antiguo convento de las MM Dominicas en el Barrio de Peruri) que afecta al barrio que representa. La invitación se realiza el día 12 de noviembre, jueves. Repetimos: el día 12 de noviembre, jueves, cuatro días antes de la reunión, cuatro días para examinar la documentación que se acompaña a la invitación, cuatro días más otros dos desde que notificara la respuesta a las alegaciones presentadas al proyecto de reforma y que, a buen seguro, se tratarán en el insólito escenario del consejo.
Suma y sigue. El Ayuntamiento de Leioa no defrauda. Tiene una manera muy personal de entender la participación ciudadana. Lo dejó claro desde el principio (más arriba se habló de un prometedor inicio) y se ha mostrado coherente y concienzudo.

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